Sunday, February 19, 2017

CUMPLEAÑOS TOTAL (O EL FIN DE LA PRIMERA PARTE)

Recuerdo que cuando era pequeño mis hermanos y yo le decíamos a mi padre que tenía mucha barriga, a lo cual él contestaba “ya os saldrá cuando tengáis mi edad”. Esa “edad” era indeterminada, no sabría decir si lo decía con 30, 40, 50… Ni idea. El caso es que se podría decir que ya tengo “su” edad y, de momento, no tengo “su” barriga. Ahora es cuando todo el mundo se pregunta qué edad tengo y yo respondo que acabo de cumplir 40. La verdad es que lo digo con total tranquilidad, pero es al cabo de unos segundos cuando digo “¡jolín, 40 años!”. Ya no soy un niño, aunque yo no me vea como un adulto; más bien me siento como un… joven. Aunque es verdad, eso de “joven” es algo ambiguo; ahora mismo “joven” podría ir de 15 a 45 años, qué sé yo (esto me recuerda la discusión que tuvimos el otro día unos amigos y yo sobre el hecho de que la gente “realmente” joven te ve como un “auténtico” adulto, pero esa es otra historia…).
A lo que iba… El caso es que, a pesar de los kilómetros que llevo encima, me encuentro bien físicamente y aunque me sienta “joven”, 40 años dan mucho de sí. Y mirando todo lo recorrido, pues no me queda otra que decir que, en mi caso, ha valido la pena. Con sus alegrías y sus penas; con sus momentos de euforia y sus ratos de “¿dónde está el puente más cercano?” solamente puedo decir que me lo he pasado bien, muy bien. En mi caso, la vida ha sido (está siendo) maravillosa. Y aunque creo que la amistad está sobrevalorada, gran parte se lo debo a mis amigos, o al menos, a aquellos a quienes considero mis amigos: los juegos con la pelota en casa con mi hermano y las conversaciones de adolescente con mi hermana; los veranos en la parcela de mis abuelos con mis primos peleándonos por las bicicletas y discutiendo para que nos dejasen volver 15 minutos más tarde a casa; los partidos con el AC Bianconero primero como equipo ganador y luego como equipo vulgar; los ensayos con Sin más marmotas para que “Pan de molde” sonase a auténtico “noise” asincrónico; los fines de semana en can Serrano; los cortos con el Parre… La verdad es que son tantas cosas que hasta me sorprendo.
Así que, para celebrar el fin de la primera parte, me quiero acordar de la gente con la que me lo he pasado tan bien y he preparado uno de esos vídeos tan de moda en los que se combinan música e imágenes. Como se suele decir, no están todos los que son, pero sí son todos los que están (nota mental: creo que soy la única persona que se prepara un vídeo para sí misma...). Las fotos son las que tenía, así que espero que nadie se queje porque sale poco y otros salen más. Jolín, ¡pero sí sale hasta La Chunga! (pista: en el minuto y cincuenta y ocho segundos) Encima, ni siquiera parece que sea un vídeo hecho por mí y para mí...
Pues eso, que como decía Andrés Montes: la vida puede ser maravillosa. Y añado yo: pero no os paséis, solamente puede.




Wednesday, February 15, 2017

YO (TAMBIÉN) FUI A EGB


Sí, yo también fui a EGB, pero creo que voy a intentar borrarlo de mi cabeza. Hace unos años publicaron un libro recordando lo que dieron de sí los 80. Recuerdo escuchar una entrevista a los autores del libro y disfrutarla; fueron 20 minutos entretenidos. Y vendieron, parece que el libro se vendió bastante bien, con lo cual decidieron hacer otro libro, un concurso de televisión… Demasiado. Yo creo que ya es demasiado; que sí, que la movida madrileña ha sido el mayor fenómeno cultural que ha dado España, que la mejor música es la de aquellos años, que las películas de esa época son las mejores y ya no se hace nada como aquello… Sí, sí, todo fue perfecto y maravilloso, pero, ¿no podemos olvidarnos de todo ello ya? Como he dicho, yo fui a EGB y crecí en los 80 y es verdad, todo era maravilloso, ¡pero no me paso el día recordándolo! Parece que fue la mejor época para ser niño y no es que lo ponga en duda, pero como he dicho, ya está, dejémoslo. Aunque sea para no dar envidia, yo qué sé. Los tópicos son eso argumentos sin base sólida, con lo cual ya basta de decir eso de cualquier tiempo pasado fue mejor. Recuerdo cuando en los 80 (sic) no dejaban de hablar de los 60 como la octava maravilla y yo flipaba: había televisión en color, “walk-mans”, juegos electrónicos… ¿Eso hacía que los 80 fuesen mejor que los 60? Pues probablemente no, pero me imagino a cualquier niño de hoy pensando lo mismo que yo en su momento y, esto es un dato casi irrefutable, las posibilidades de pasárselo bien hoy son mayores que las de los 80. Aunque, bueno, supongo que este “revival” ochentero puede estar tocando a su fin, veo a lo lejos una ola acercarse poco a poco y tiene forma de noventas...