Friday, April 23, 2010

LIBROS Y CINE

Hoy es Sant Jordi, toca regalar una rosa y un libro. Es un día bonito, sobre todo si hace sol, es como si a partir de ese día ya empezase el buen tiempo y la cuenta atrás para las vacaciones. Yo ya tengo mi librillo y como una rosa me parecía poca cosa, también le he regalado un libro a mi novia.
Sin embargo, no quería hablar de libros exactamente, sino de las adaptaciones que se hacen en el mundo del cine. He hecho una cutre-encuesta a unas cuantas personas con una sola pregunta: ¿prefieres un libro o su adaptación a cine? Todo el mundo, bueno, esas cinco o seis personas, me han dicho lo mismo. Todos prefieren el libro y su principal argumento es que el libro da más detalles sobre los personajes, los sentimientos, los lugares... De pequeño no leí a Julio Verne, tampoco a Stephen King , el recuerdo que tengo es leer el Sport cada sábado. Eso sí, de películas vi unas cuantas. Me encantaba (me sigue gustando hoy, claro), así que, supongo que mi cerebro está adaptado a ver películas. Resumiendo, no me gusta leer novelas (o como se llamen), prefiero ver la película.
Y yo me pregunto, ¿a nadie le deja alucinado que lo escrito en un libro se pueda plasmar en una pantalla de cine? Quiero decir que está muy bien escribir, todo el mundo lo puede hacer, simplemente es dejar constancia de lo que se está pensando, algo natural en el ser humano, sin embargo, una película... es otra cosa. Por ejemplo, no tengo la más mínima intención de volver a ver ni cinco minutos de "El Señor de los Anillos", pero cuando ves una escena, sabes que la adaptación es genial y recrea a la perfección el libro. ¿No tiene mérito? ¿No es alucinante que la fabulosa (ejem) descripción que pueda hacer un escritor del despacho de nuestro protagonista favorito se lleve al cine y con una imagen de dos segundos uno vea hecho realidad lo que siempre se ha imaginado? El gran problema que veo yo en el cine es la cantidad de concesiones que tienen que dar para tener mucho público, algo que diría que en la literatura no pasa, o al menos, no con tanta intensidad.
Pues eso, hoy, más que nunca, sí al cine.