Estaba el otro día en el trabajo y alguien se quejaba de Guardiola en su etapa en el Barça. Intentaba escuchar, pero era imposible; lo único que pillé era que había fichado mal y nombraba a Chigrinsky e Ibrahimovic para dar más consistencia a sus argumentos. No aguanté más y me metí. Exacto, donde no me llamaban, pero me metí.
Debo decir que Guardiola me caía fatal en su época de jugador, más que nada por la actitud de los periodistas: cada vez que hablaba lo ensalzaban por lo bien que se expresaba y elegante que era. Para mí, no decía nada del otro mundo y no entendía tanto adulamiento. Eso cambió en su etapa de entrenador, vi que era un tío normal y me convenció. Algunos dicen que 'meaba colonia'; si con ello querían decir que había mucho de pose en sus apariciones públicas, pues vale, puede que tuviesen razón. Quizás yo había cambiado, qué sé yo.
Como decía, me metí donde no me llamaban y dije que el fútbol que había hecho el Barça, su Barça, no lo veríamos nunca más. Quizá exagere y algún día aparezca un equipo que lo supere en estética y eficacia, pero lo veo difícil. Como me metí donde no me llamaban, hubo unos segundos de silencio que se mezclaban con una pizca de incomodidad hasta que todos, de manera espontánea, volvimos a nuestras tareas.
Sí, hay gente que parece que no quedó contenta con el Barça de Guardiola porque fichó a Chigrinsky e Ibrahimovic y porque probablemente tuvo alguna cagada que, ahora mismo, ni recuerdo. El del amigo PeK es un caso similar al de El Profeta del Gol. Nunca me consideré 'cruyffista', pero es evidente que su etapa de entrenador del Barça marcó un punto de inflexión en la historia del club, entonces, ¿a qué viene tenerles tanta manía? No lo entiendo, la verdad.
Pensaba el otro día que estaría bien que Cruyff y Guardiola fundasen un club a su imagen y semejanza; automáticamente, rompería mi carnet de aficionado 'blaugrana' y me haría con un asiento en la tribuna de su campo para ver, como ha dicho alguno, fútbol contracultural.
Debo decir que Guardiola me caía fatal en su época de jugador, más que nada por la actitud de los periodistas: cada vez que hablaba lo ensalzaban por lo bien que se expresaba y elegante que era. Para mí, no decía nada del otro mundo y no entendía tanto adulamiento. Eso cambió en su etapa de entrenador, vi que era un tío normal y me convenció. Algunos dicen que 'meaba colonia'; si con ello querían decir que había mucho de pose en sus apariciones públicas, pues vale, puede que tuviesen razón. Quizás yo había cambiado, qué sé yo.
Como decía, me metí donde no me llamaban y dije que el fútbol que había hecho el Barça, su Barça, no lo veríamos nunca más. Quizá exagere y algún día aparezca un equipo que lo supere en estética y eficacia, pero lo veo difícil. Como me metí donde no me llamaban, hubo unos segundos de silencio que se mezclaban con una pizca de incomodidad hasta que todos, de manera espontánea, volvimos a nuestras tareas.
Sí, hay gente que parece que no quedó contenta con el Barça de Guardiola porque fichó a Chigrinsky e Ibrahimovic y porque probablemente tuvo alguna cagada que, ahora mismo, ni recuerdo. El del amigo PeK es un caso similar al de El Profeta del Gol. Nunca me consideré 'cruyffista', pero es evidente que su etapa de entrenador del Barça marcó un punto de inflexión en la historia del club, entonces, ¿a qué viene tenerles tanta manía? No lo entiendo, la verdad.
Pensaba el otro día que estaría bien que Cruyff y Guardiola fundasen un club a su imagen y semejanza; automáticamente, rompería mi carnet de aficionado 'blaugrana' y me haría con un asiento en la tribuna de su campo para ver, como ha dicho alguno, fútbol contracultural.
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