He adjuntado una entrevista que me pareció bastante interesante y como sé que entre mis 6 lectores habrá algún filósofo, pues me imagino que también le podrá interesar.
Raúl de la Rosa: "No veo la diferencia entre dormir y morir"
--¿Qué significa para usted evolucionar espiritualmente?
--Trascender las limitaciones que las sociedades modernas nos han supuesto. El famoso "conócete a ti mismo" griego, que ha sido el pilar de nuestra cultura, anda desaparecido, pero hay culturas antiguas que lo mantienen. No solo se trata de conocerte, sino de conocerte para destruir aquello que realmente no eres tú.
--¿...?
--Quiero decir aquello que es ficticio, lo programado por la sociedad, que nos lleva muchas veces por la dirección equivocada.
--¿Y qué somos?
--Yo creo que el ser humano tiene una esencia, una esencia vital que es lo que trasciende vida tras vida y que va conformándose con las experiencias vitales que vamos acumulando. Ese es el bagaje que nos llevamos de esta vida a la siguiente.
--Usted, por lo tanto, cree en la reencarnación.
--Sin duda, nunca he tenido dudas. Bueno, dudas siempre tiene uno porque nuestra cultura es la de la duda, pero yo creo que la reencarnación existe y, aunque no existiera, tampoco tendría demasiada importancia. Lo que uno tiene que hacer en esta vida es ser lo mejor que pueda ser, independientemente de que eso sirva para después o no. Uno se encuentra mejor cuando busca lo mejor de sí mismo y es capaz de ofrecerlo a los demás.
--El protagonista de su novela dice que la muerte no es la derrota del ser humano, sino la posibilidad de su victoria sobre la vida.
--Estoy convencido de ello. Morir es como decir que por la mañana me despierto. No veo ninguna diferencia entre morir y dormir. Hay un mañana, y el mañana siempre llega, sea para despertarte al día siguiente o sea para renacer en nuestra vida siguiente. Cuando morimos, la vida no cesa. Nuestro yo auténtico continúa viviendo, y eso creo que deberíamos prepararlo conscientemente, para que ese paso no sea un momento dramático, sino gozoso. Se trata de volver a vivir ese proceso de vida y de muerte. La muerte no existe como tal. Es una palabra que utilizamos y ya está.
--Qué lástima que en la siguiente vida ya no se acordará de quién era usted en esta.
--Hay procesos para acordarse, pero lo veo innecesario. Las experiencias pasadas siguen quedando en nuestro espíritu.
--¿Con qué objetivo?
--Seguir creciendo. Olvidamos lo intrascendente para volver a vivir unas experiencias que nos van a permitir seguir creciendo. Sería difícil que creciéramos si tuviésemos un recuerdo perenne. De alguna forma, vamos renovándonos entre vida y vida. Para empezar, renovamos nuestro cuerpo, que envejece y necesita morir para renacer en otro cuerpo joven y volver a tener experiencias vitales.
--¿Quién es su maestro?
--No creo en los maestros ni los discípulos. La maestra es la vida, lo que experimentamos y vivimos.
--Quizá su maestra sea la intuición.
--La intuición es la madre de la sabiduría. Gracias a la intuición nos despojamos del dogma, de aquello que nos limita. En las culturas chamánicas se utiliza mucho el camino intuitivo y también el camino onírico. Al fin y al cabo, mientras dormimos, el consciente deja estar activo, igual que cuando uno se encuentra en un proceso intuitivo. Son dos experiencias puras de nuestra consciencia a nuestra mente. Deberíamos potenciar la intuición.
--¿Qué más ha aprendido de los chamanes?
--Que todo tiene un espíritu. Todo está animado, desde una persona hasta un animal o una planta o una piedra. Y no hay espíritus superiores a otros.
--Todo cuando nos rodea está vivo en nosotros.
--Hemos ido separándonos de la naturaleza, y no hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para ver las catástrofes que están sucediendo. Y las que van a suceder. La ciencia reconoce que esto no tiene marcha atrás. La naturaleza es nuestra madre, y este concepto lo tienen todas las culturas antiguas. La madre naturaleza es algo sagrado, que se tiene que cuidar y mimar porque nos sustenta, nos da la vida. Retomar ese concepto sería un paso importantísimo para frenar las barbaridades que estamos haciendo en el planeta.
--Según usted, cada lugar de la tierra tiene su propio espíritu, una radiación telúrica particular.
--Cuando uno entra en un lugar, nota algo distinto. A poco que se fije, se da cuenta. Hay lugares que te atra- en, que te hacen estar bien, relajado, o que te ponen en tensión. Esas sensaciones tendríamos que cuidarlas más para saber qué lugares nos son favorables. Hay lugares que generan una energía que nos pueden enfermar y matar. Son procesos físicos. Ese conocimiento actualmente se ha perdido.
Friday, September 19, 2008
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Me parece muy interesante el artículo y comparto algunas cosas como por ej. el tema de la intuición pero de ahí a creer en la reencarnación... a mi que me perdonen pero no! no sé qué será de nosotros cuando nos muramos, si se nos comeran los gusanos, si nuestra alma seguirá viva, o si nos convertiremos en polvo y se acabó, a mi parecer ésto último es lo más probable, eso sí, mucho más original, divertido y curioso la reencarnación, dónde va a parar!
ReplyDeleteA ver si el filósofo se anima y nos deja caer su opinión.
Un beso
Supongo que el filósofo soy yo... jejeje. Pues la verdad es que a mi no me ha gustado, lamento no poder aportar en sentido positivo. Me gustan las cosas rigurosas, argumentadas con y desde la razón. El señor de la Rosa habla de conocimiento cuando de lo que trata es de creencias. Desconfío de quienes no llaman a las cosas por su nombre y con ello muestra pretensiones de veracidad gratuitas.
ReplyDeleteLos peores males de la historia de la humanidad han nacido de creencias de hombres que han querido imponerlas a los demás bajo la bandera de llevar el bien.
¿Qué bien?
"El bien y el mal son los prejucios de Dios -dijo la serpiente-" F.N.
JauS