El otro día fui a ver "Avatar", la nueva película de James Cameron. Sin ser mala, creo que tampoco es una de sus mejores películas, me gustaron más las dos que rodó del Terminator o "True lies". El caso es que mientras veía la película, me acordaba del libro que estaba leyendo, "Exterminad a todos los salvajes". Recuerdo que lo compré hace unos cuatro años y no me había decidido a leerlo hasta principios de este mes. Partiendo de "El corazón de las tinieblas", en concreto, de una frase que aparece en el libro, el autor explica la expansión de los países europeos por todo el mundo, centrándose en el imperialismo del siglo XIX.
En "Avatar", una misión militar y empresarial va al planeta Pandora porque hay una sustancia (no recuerdo cuál es) de gran interés para la vida y la economía humanas y allí se encuentran con la negativa de los omaticaya a entregar la tierra en la que han vivido siempre. Como siempre, al final, los humanos tiran de bombas, carros de combate y lo que haga falta para salirse con la suya, sin embargo, no consiguen su propósito.
En la vida real, en el siglo XIX, lo consiguieron a medias, creo yo. Con el rollo de llevar a pueblos primitivos (¿qué es eso?) las bondades civilizadoras de Europa y, basándose en una mala interpretación (¿o mala explicación?) del evolucionismo darwinista, se permitieron todo tipo de tropelías y crímenes. Resumiendo: había que exterminar a ese ser inferior en la lucha que toda especie mantiene por sobrevivir. Así, mientras en la película son los omaticaya, en el siglo XIX eran los bakongo, los maoríes o quien hiciese falta el pueblo a exterminar.
Hay autores que no ven relación entre el imperialismo europeo y el genocidio de la Alemania nazi, sin embargo, se podría decir que no es hasta ese momento que había barra libre para matar, desplazar o humillar a pueblos enteros.
Sunday, February 28, 2010
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