Pues nada, resulta que, deportivamente, ha sido una semana magnífica. El martes fui a hacer aikido como cada martes y me encontré muy a gusto. Ayer fui a jugar a peidol (mi peidol, nuestro peidol) y salí encantadísimo con mi juego. Ostras, creo que fue uno de mis mejores días, metía todos los golpes que daba y cuando me venía la pelota para intentar un mate no me lo pensaba y, patapum, ¡adentro! Ya digo, creo que fue uno de mis mejores días, lo malo es que, a veces, la realidad se impone; te enfrentas a alguien que te mete un doble 6 a 0 y, de repente, vuelves a recordar dónde estás. Pero bueno, de momento, disfrutemos.
Hoy he ido a mi segunda clase de aikido de la semana con una mentalidad que lleva semanas intentando hacerse un hueco en mi cerebro. Y es que, si antes intentaba aprender a saco, ahora la cosa ha cambiado, simplemente hago mis técnicas con la mayor fluidez posible para ir cogiendo más técnica. Estoy un poco harto de tener que demostrar (la verdad, no sé a quién) que yo sé aikido, así que, ahora sólo intento aprender poco a poco sin obsesionarme. Espero estar en la senda correcta del budo.
Tiene sentido, pequeño budo! Estás en la senda y eso ya es un gran aprendizaje :)
ReplyDeleteCuando empecé a hacer Ioga también queria demostrar a no sé quién (a ver si va a ser a la misma persona ^_^) que sabía y podía hacerlo bien...que digo bien, impecable!!
Luego, poco a poco, aprendí a respetar(me) mi ritmo y ahora, simplemente, disfuto!