Tuesday, December 06, 2011

EL CONVIDAT

Últimamente, cada lunes veo un programa de TV3 que se llama "El convidat". En ese programa, algún famoso invita al presentador a pasar un fin de semana en su casa para que que la plebe pueda conocerlo un poco mejor. Debo reconocer que me hace pasar un rato entretenido y, a veces, me imagino a mí mismo como anfitrión del Marc..., perdón, del Albert Om, el presentador del programa. En caso de que yo fuese el famosete al que hay que adular durante más de media hora, esto es lo que haríamos durante el fin de semana.
Para empezar, le haría presenciar mis clases de guitarra de los sábados por la mañana. Me imagino que el Albert Om este diría algo así como que le hubiese gustado mucho saber tocar la guitarra; digo esto porque a Marina Rossell le ha dicho hace un rato que le hubiese gustado mucho saber cantar. Pelota... Después de la guitarra saldríamos pitando a Torroella de Montgrí donde haríamos una barbacoa en la barraca de la Mercè y el Óscar. Nos costaría mucho encender el fuego, así que al final, diríamos lo de siempre: "Mercè, enciende el fuego". Pasaríamos un buen rato todos juntos y el Albert Om fliparía tanto con el Óscar que pensaría "me he equivocado, el anfitrión debería haber sido este personaje...". Después de ponernos hasta el culo de carne, "el convidat" aprovecharía para preguntar a mis amigos sobre mí, los cuales dirían algo así como que soy buena persona, pero un poco raro. Sí, dirían que soy buen tío, pero que tengo un punto de raro que no acaban de entender. Está claro que no me considero nada raro, pero eso es otra historia. Después de bajar la carne, iríamos a casa de la Mercè y el Óscar a ver como el Barça le mete cinco goles como cinco soles al Madrid y después... partida de póker. Como en ese momento, yo ostentaría el título de campeón de póker del universo, todos (y digo todos sin excepción) se compincharían para ganarme, pero evidentemente, no podrían evitar lo inevitable: ganaría yo. Mientras jugamos, el Óscar y Vicente GTI irían sirviendo mojitos a la vez que el Tío Gilito nos explicaría cuáles han sido sus últimas conquistas (exacto, es un rompebragas). Ah, el pobre Neal no podría ver "Cars" porque el pequeño Marc se le tira encima cada dos por tres.
Tres o cuatro horas más tarde y después de haber conseguido todas las fichas, nos iríamos a la cama pensando en lo grande que ha sido el día.
Al día siguiente, a eso de las 12h., saldríamos de Torroella de Montgrí para comer en casa de mis padres, donde nos esperarían, a parte de mis padres, mi hermano, mi hermana y su novio. Nos llenaríamos de comida otra vez y aprovecharían la película de sobremesa de Antena-3 (de mierda) para dormir. Supongo que el Albert Om intentaría hacer otra ronda de preguntas a mi familia sobre cómo soy, pero claro, la familia es la familia y diría que soy un ser maravilloso, a pesar de alguna que otra rareza, que para mí no lo es, claro. Lo mejor que hay en este mundo, vaya.
Para acabar, volveríamos a casita donde el amigo Albert Om empaquetaría sus cosas para volver a su casa en su flamante Toyota Verso, no sin antes preguntar a mi pareja por mí. Mi novia diría algo así como que soy buena persona, a pesar de mis excentricidades, las cuales, para mí, no lo son, claro está.

2 comments:

  1. Si me preguntara a mi e hicieramos un viaje por los años adolescentes... le hablaria sobre los momentos al sol de la pista en el colegio, de los ratos perdidos hablando y de cuando descubrí que una de las cosas que más me gustaba de ti era lo que todavía hoy no te he sabido definir: "tu humor seco" y le diría (fina y educadamente)que es todo un placer tener un amigo como tu, con rarezas o sin ellas, claro está!

    Besotes :)

    ReplyDelete
  2. Me has generado enormes ganas de saber cuales son esas rarezas que según tú no son tal.
    Como recurso literario has estado genial, has conseguido captar la máximo atención en lo que no has dicho aunque ha sido un gusto leer lo que sí has dicho.
    Ahora una de rarezas please! ;)

    ReplyDelete