Wednesday, March 28, 2012
TEORÍAS EXTRAÑAS
Tengo una amiga que tiene teorías extrañas. Una es que el hombre no llegó a la Luna. Es verdad, no es la primera persona que dice que el hombre no ha puesto un pie en la Luna y cuando me lo dijo, la verdad es que como teoría extraña, no me impresionó. Esperaba más. La segunda teoría extraña que me explicó fue que las hijas de la Princesa Letizia no son del Príncipe Felipe, si no, del padre de este: el Rey Juan Carlos. “Ostras”, pensé, esto no lo había oído en mi vida, sin embargo, consultando, me dijeron que sí, que hay gente que piensa lo mismo, que las infantas no son de Felipe, si no de Juan Carlos. Yo, la verdad, lo dudo, creo que son de él, pero bueno, tampoco me impresionó. Necesitaba más.
La sorpresa vino con su tercera teoría: ¿Santiago Niño Becerra forma parte de una secta? No, eso es imposible y me niego a creerlo. No sé de dónde sacó eso, pero me imagino que tiene que ver con el hecho de que Niño Becerra habla a través de su novio, mi amigo Sergio, y me imagino que para ella debe de ser difícil convivir con dos personas más en casa; todos sabemos que dos son pareja y tres, multitud. El caso es que, poco a poco, yo también me estoy haciendo fan del personaje y empiezo todas mis frases con un “como dice Niño Becerra…” mientras espero con ganas poderme leer sus libros sobre la crisis.
La verdad, por lo visto, acierta bastante con sus predicciones, así que, si es necesario, voy a ir comprando un billete hacia la Guayana para asistir a un suicidio colectivo liderado, claro está, por mi nuevo gurú, Santiago Niño Becerra.
Saturday, March 10, 2012
ELECTRORÁNKING
No es el nombre de ninguna tienda de electrodomésticos, aunque casi que podría serlo; es más, desde este humilde blog invito a cualquier emprendedor a que use esta gran palabra. Es, simplemente, mi particular lista de electrodomésticos... El caso es que, el otro día, comentaba con un amigo el gran uso que se les da y la comodidad de tenerlos en funcionamiento mientras uno descansa después de una dura jornada laboral (o no).
En el puesto número 10, la cocina. Uf, con la cocina me he comido mucho la cabeza porque no sabía si incluirla, ¿es un electrodoméstico?, ¿sí?, ¿no? Al final me he decidido a meterla porque hay gente que tiene una cocina eléctrica, no de gas. Hablando de gas, es el gas lo que hace que esté en el último puesto de la lista; siempre se puede recurrir a la cocina de gas de (casi) toda la vida. En el noveno puesto está la plancha, ese electrodoméstico que está cada vez más en desuso, si no, mirad a vuestros compañeros de trabajo. Yo el primero, ¿eh? En el octavo puesto encontramos la secadora. Está claro que sin secadora se puede vivir, se estira la ropa en la terraza y se seca y en caso de no tener terraza, pues nada, dentro de casa. Así también se seca. Un puesto más arriba, la aspiradora. Es útil y cómodo, pero también muy engorroso con el cable por aquí, el mango por allá. Uf, está bien, pero si no fuese por otro aparato igual, pero de última generación, probablemente estaría más arriba.
Para el sexto puesto me he decidido por el microondas. Sí, ese electrodoméstico que permite que gente como yo pueda comer en el trabajo sin gastarse un duro en restaurantes y pueda tirar en casa de fiambreras de papá y mamá. Eso sí, yo hablaría con los ingenieros especialistas en el microondas y les pediría que intenten que el calor sea más uniforme... En el puesto 5 he escogido al robot aspirador. Sí, ese que parece sacado de cualquier película futurista y que se dedica a aspirar tu casa mientras estás trabajando. Quizás no llegue a todos los rincones, pero hace que nuestras vidas sean más cómodas. En el puesto número 4 el robot de cocina. Yo no tengo, pero debe de ser alucinante meter la comida y que al cabo de un rato te salga un buen plato de lentejas o una buena masa de pizza. Una vez más, el electrodoméstico nos hace la vida más fácil. Qué bonito.
Llegamos a los tres primeros puestos... En el tercer puesto, el frigorífico. Parece que no, pero no sería nada cómodo tener que ir a cada día a comprar comida o no poder dejar para el día siguiente la fiambrera que has traído de casa de tus suegros. Encima, con ese invento de la zona cero, el frigorífico es todavía mejor: la comida aguanta más días. Maravilloso. En el puesto número 2, el lavavajillas. Recuerdo que al poco de independizarme, mi amigo Vicente GTI me dijo que me comprase uno y le dije que no hacía falta, sólo éramos dos en casa y tampoco me parecía necesario tal gasto. Qué equivocado estaba, eso de ir metiendo platos y más platos y apretar el botón de encendido cuando esté lleno no tiene precio. Dos horas y veinte minutos después (ese el programa ecológico del mío), lo abres y ese calorcito que sale debe de ser el mismo que sentimos en el vientre materno.
Y, finalmente, en el primer puesto mirando desde muy, muy arriba al resto de electrodomésticos, encontramos a la gran lavadora. Sí, ese electrodoméstico del que nunca nadie se acuerda, excepto cuando pierde agua o hay que tender la ropa. Me decía un amigo que el mejor era el lavavajillas y le dije que estaba muy equivocado. El problema era que, probablemente, él daba por hecho que la lavadora siempre había estado allí y nunca había tenido lavavajillas. Simplemente, imaginarse a sí mismo lavándose los calzoncillos cada día le hizo ver que la lavadora, sí, la lavadora es el mejor electrodoméstico que, de momento, se haya inventado.
En el puesto número 10, la cocina. Uf, con la cocina me he comido mucho la cabeza porque no sabía si incluirla, ¿es un electrodoméstico?, ¿sí?, ¿no? Al final me he decidido a meterla porque hay gente que tiene una cocina eléctrica, no de gas. Hablando de gas, es el gas lo que hace que esté en el último puesto de la lista; siempre se puede recurrir a la cocina de gas de (casi) toda la vida. En el noveno puesto está la plancha, ese electrodoméstico que está cada vez más en desuso, si no, mirad a vuestros compañeros de trabajo. Yo el primero, ¿eh? En el octavo puesto encontramos la secadora. Está claro que sin secadora se puede vivir, se estira la ropa en la terraza y se seca y en caso de no tener terraza, pues nada, dentro de casa. Así también se seca. Un puesto más arriba, la aspiradora. Es útil y cómodo, pero también muy engorroso con el cable por aquí, el mango por allá. Uf, está bien, pero si no fuese por otro aparato igual, pero de última generación, probablemente estaría más arriba.
Para el sexto puesto me he decidido por el microondas. Sí, ese electrodoméstico que permite que gente como yo pueda comer en el trabajo sin gastarse un duro en restaurantes y pueda tirar en casa de fiambreras de papá y mamá. Eso sí, yo hablaría con los ingenieros especialistas en el microondas y les pediría que intenten que el calor sea más uniforme... En el puesto 5 he escogido al robot aspirador. Sí, ese que parece sacado de cualquier película futurista y que se dedica a aspirar tu casa mientras estás trabajando. Quizás no llegue a todos los rincones, pero hace que nuestras vidas sean más cómodas. En el puesto número 4 el robot de cocina. Yo no tengo, pero debe de ser alucinante meter la comida y que al cabo de un rato te salga un buen plato de lentejas o una buena masa de pizza. Una vez más, el electrodoméstico nos hace la vida más fácil. Qué bonito.
Llegamos a los tres primeros puestos... En el tercer puesto, el frigorífico. Parece que no, pero no sería nada cómodo tener que ir a cada día a comprar comida o no poder dejar para el día siguiente la fiambrera que has traído de casa de tus suegros. Encima, con ese invento de la zona cero, el frigorífico es todavía mejor: la comida aguanta más días. Maravilloso. En el puesto número 2, el lavavajillas. Recuerdo que al poco de independizarme, mi amigo Vicente GTI me dijo que me comprase uno y le dije que no hacía falta, sólo éramos dos en casa y tampoco me parecía necesario tal gasto. Qué equivocado estaba, eso de ir metiendo platos y más platos y apretar el botón de encendido cuando esté lleno no tiene precio. Dos horas y veinte minutos después (ese el programa ecológico del mío), lo abres y ese calorcito que sale debe de ser el mismo que sentimos en el vientre materno.
Y, finalmente, en el primer puesto mirando desde muy, muy arriba al resto de electrodomésticos, encontramos a la gran lavadora. Sí, ese electrodoméstico del que nunca nadie se acuerda, excepto cuando pierde agua o hay que tender la ropa. Me decía un amigo que el mejor era el lavavajillas y le dije que estaba muy equivocado. El problema era que, probablemente, él daba por hecho que la lavadora siempre había estado allí y nunca había tenido lavavajillas. Simplemente, imaginarse a sí mismo lavándose los calzoncillos cada día le hizo ver que la lavadora, sí, la lavadora es el mejor electrodoméstico que, de momento, se haya inventado.
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