Thursday, April 30, 2009

LA SANGRE ALTERA

Hace semanas que estamos en primavera, pero me imagino que debido al cambio climático (cualquier cosa rara es debido a eso), no aparece el sol ni por casualidad. Y es que la primavera me gusta mucho, de pequeño siempre preferí el verano a cualquier otra estación, pero conforme fui creciendo las cosas se fueron igualando. Mola porque no hace ni mucho frío ni mucho calor y puedes ir en pantalón corto, algo que me encanta. Eso sí, eso de las chanclas no va mucho conmigo, aunque debo reconocer que en los últimos años las he utilizado bastante.
Sobre todo, me gusta mucho pasear por el centro en primavera, cosa que me recuerda mis pateadas juveniles con los amiguetes, tanto por el barrio como por el centro; no parábamos de girar la cabeza y comentar si ésa estaba bien o ésa estaba mejor, cosa que me recuerda, también, esa gran polémica: teteros o culeros. Ya sé que es como preguntarse si quieres más a papá o a mamá (qué tópico...), pero si me tuviese que decantar por algo, diría que soy tetero. No hay nada mejor que un buen escote, eso no quiere decir que me gusten las tallas XL, como a mi buen amigo Manel, y que no me guste un buen culete, pero prefiero el pecho, me encanta, qué le voy a hacer. Las mujeres piensan que cuando les miramos el pecho somos unos depravados o algo así, pero no, es algo... ¿instintivo?
Pues eso, bienvenida primavera.

Wednesday, April 29, 2009

UNA BARRA DE PAN

Esta tarde he ido a comprar una barra de pan. Durante muchos años casi no lo he hecho, pero recuerdo que cuando iba a cualquier panadería y pedía una barra de cuarto (o de medio) me entendían a la primera: cogían una barrita, la envolvían en un trozo de papel y me la daban. La verdad es que aún no sé por qué la llamaban así, me imagino que sería porque pesaba 250 gramos o algo así.
El caso es que desde que vuelvo a ir a comprar pan, parece que lo de la barra de cuarto (o de medio) ya casi no se lleva. Cuando he pedido una barra de cuarto, me han contestado diciendo que si la quería de cuarto larga (o corta, no sé), normal o baguet (o baguette, tampoco lo sé). Evidentemente, me he quedado con cara de pasmado y la panadera me ha dicho "bueno, te pongo la baguet, ¿vale?". Le he dicho que de acuerdo; y es que, cuando uno no tiene ni idea, pues el vendedor hace lo que quiera. Sin embargo, mi duda es: ¿qué ha pasado con la barra de cuarto? Me pregunto si es un arcaísmo que la gente ya no entiende. Jolín, que sólo quiero una barra de cuarto.

Thursday, April 23, 2009

LAVAVAJILLAS

Recuerdo que cuando era pequeño mi padre siempre nos decía a mis hermanos y a mí que después de comer limpiásemos bien los platos para que no quedasen restos de comida. Ah, y teníamos que limpiarlos con la servilleta de papel, que los cubiertos hacían ruido y podían molestar a los vecinos. Sí, sí, dejar el plato en la pila era como pasar una prueba. Pasado el tiempo y ahora que el lavavajillas soy yo, la verdad es que le entiendo, da asco lavar los platos y encontrarse restos de comida. Otra cosa que me da rabia es lavar sartenes. Es realmente asqueroso cuando se pringan de aceite, aunque después de mucho tiempo, he encontrado un método que me permite lavarlas sin problemas y quedan de maravilla. Me imagino que no he inventado nada y casi todo el mundo lo sabía, menos yo. Sin embargo, aún se me resisten las fiambreras… Las odio, de verdad, las odio; bueno, debería especificar que odio las fiambreras de plástico, no las de cristal. Las de cristal se limpian fácilmente, pero las de plástico, no. Ya puedes frotar y frotar, que el aceite sigue ahí. Ya me he dado por vencido y me da igual cómo quedan.

Thursday, April 02, 2009

RAQUETAZOS

Llevo unas semanas jugando cada sábado a pádel. Me encanta, me lo paso bien por dos motivos: por el simple hecho de jugar y porque lo hago con los amiguetes. Antes jugábamos a fútbol, pero nos retiramos. Bueno, habría que especificar; en algún sitio oí que alguien decía que uno no se retiraba, sino que le retiraban. El caso es que el pádel es un juego muy divertido, me gusta mucho, además, no sé por qué, tengo la facilidad de picar a la gente, con lo cual, uno de mis contrincantes de cada sábado, a la mínima que le digo, está echando humo. Me hace gracia. El problema es que yo me pienso que estoy jugando a tenis (igual que los que juegan a fútbol sala, que se piensan que se juega igual que al fútbol asociación) y suelo meter raquetazos y el problema que hay cuando uno pega esos raquetazos y no sabe jugar es que la bola no va donde debería, de manera que se cabrea, le da un golpe a la raqueta y si ésta no es muy buena, pues se rompe. Y eso es lo que me pasó a mí, con el añadido de que no era mía… Afortunadamente, era la más barata de Decathlon. Eso sí, mi pareja está haciendo un gran trabajo conmigo diciéndome “dentro, dentro”, vamos que no hace falta que haga el golpe de mi vida, simplemente, debo hacer que bote en el campo contrario y esperar a que fallen (sí, sí, lo más parecido a una “táctica cerrojillo” en el mundo balompédico).
Ahora, estoy intentando convencerles para jugar a frontón, que me gusta tanto o más que el pádel y puedes darle esos raquetazos (como siempre, la pelota irá fuera, pero bueno), el problema es que el cagómetro de dos compañeros está a punto de reventar, ver dos paredes tan grandes les produce una especie de claustrofobia que les impide articular palabra y lo que es peor, codo. No pasa nada, este sábado haremos un buen trabajo psicológico con ellos y les venderemos las bondades (o la moto) del frontón.
PD: al cerrar esta edición, parece ser que ya son tres los cagómetros que han reventado...