DIARIO DE UN PRODUCTOR NOVATO: UN BUEN DÍA

¿Es "Birdman"?, ¿es "Whiplash"? No, es "El arte de la seducción". Se puede resumir en el clásico "un éxito de crítica y público", ja, ja... Pues sí, hicimos la puesta de larga de nuestro corto "El arte de la seducción" y parece que gustó, fue un buen día. Hay que decir que todos los asistentes eran amigos y familiares y quizás fueron muy buenos con nosotros, pero la verdad es que sus caras indicaban que hablaban con total sinceridad. Todo el mundo se pensaba que iba a ver un vídeo doméstico y se fue a casa pensando que había estado en el cine. Por lo que decían, las primeras imágenes impresionaron por eso, porque aquello era cine "de verdad".
La verdad es que estamos muy agradecidos a todos. Primero por venir y después, por ir a un sitio perdido en el barrio del Coll (aún me pregunto cómo pudo llegar todo el mundo...).
Hubo unos minutos de desesperación porque no parecía que pudiésemos ver el corto en buenas condiciones, pero, al final, todo salió bien. Redondo. Uno de esos días que no se olvidan nunca. Y después a cenar con los coleguillas a comentar la jugada.
Lo dicho, un buen día. Un gran día.

DIARIO DE UN PRODUCTOR NOVATO: ANACONDA NIVEL EXTRA

Pues ya ha llegado el momento de desplegar la alfombra roja para “amics, coneguts i saludats”. En nuestro caso y debido a la falta de presupuesto, lo vamos a dejar en felpudo rojo y cuatro cosillas para que la gente coma y beba. Exacto, que nadie nos pueda decir que somos unos tacaños. “Aprofitant l’avinentesa”, el otro día envié un mensaje masivo de WhatsApp a gente con la que hacía tiempo que no hablaba y la verdad es que fue divertido; aunque la mayor parte de la gente ni contestó, sí que hablé con otros de los que hacía años que no sabía nada de nada. Uno estaba en París y el otro en Londres. De los más cercanos (geográficamente), solamente unos pocos me contestaron, los demás, ni caso. Una pena. Sí, una pena, cuando seamos famosos se acordarán de este 21 de febrero de 2015 y cuando nos crucemos por la calle podrán decir eso de “desde que es famoso, no saluda” porque así será, no saludaré.

El caso es que el otro día le pregunté al Juanma si había preparado algún discurso y su respuesta fue “anaconda nivel extra”. Me partía, ja, ja… Yo, por mi parte, estoy muy tranquilo. Tranquilísimo. Incluso llevo días preparando mentalmente un discurso. Bueno, en el fondo, ni siquiera es un discurso, son cuatro ideas para extenderme durante unos minutos. Bueno, durante un minuto y medio o algo así. No es mucho rato, pero al menos, hago como los “cracks”, nada de leer, todo de memoria a partir de esas cuatro ideas. Y es que, si toda la vida hubiese tenido la tranquilidad que tengo ahora mismo, la cosa me hubiese ido mejor, ja, ja… ¡Mientras, mi amigo Juanma sufriendo los rigores de los nervios! Pero no pasa nada, ya le he dicho que tanto si gusta como si nos tiran tomates, este corto es un éxito total. También os digo una cosa, entre vosotros y yo, que nadie nos diga “para ser el primero no está mal” porque por mi corto mato. Mato.

PLACERES DE LA VIDA

Estoy constipado. Es una mierda, sí, una pedazo de mierda. Un constipado no es gran cosa, pero fastidia: no puedes respirar bien, la voz se transforma, mocos... Pero bueno, el caso es que fastidia, sin embargo, hay un pequeño placer en el constipado, que es, casi, casi, comparable al mear o el cagar. Ese placer se produce cuando, de repente, notas en la garganta un gargajo consistente y asqueroso, vas al lavabo, abres la tapa del wáter, te inclinas sobre ella y lo sueltas. Lo sueltas y lo ves caer y caer sin perder un ápice de su consistencia para rematar contra el agua del inodoro salpicando cual bomba nuclear en Mururoa. Cuando sales del lavabo se te vuelven a caer los mocos y puede que pienses que no ha servido de nada, pero ese segundo de placer vale..., ese segundo de placer vale su peso en oro.

QUE NO OS ENGAÑE (LA MENTE...)

Leía una noticia hoy sobre un presentador de televisión de Estados Unidos que reconocía haber mentido sobre una noticia. Decía que durante la invasión de Irak en 2003 él iba en un helicóptero que fue abatido por fuego enemigo (mola, ¿eh?) y que el ejército americano le salvó de una muerte segura (también mola, ¿eh?). Durante años había repetido la historia hasta que la semana pasada, en un homenaje a un soldado, uno de los que estaba en el helicóptero le dijo algo así como “pues no recuerdo yo que fuésemos en el mismo helicóptero…” y partir de ahí, pues nada, excusas, excusas y más excusas. Que si no sabe qué le pasó por la cabeza, que si ha cometido un error… Sin embargo, esta es la mejor excusa y, eh, yo acepto sus disculpas porque también me ha pasado: "creo que la visión reiterada del vídeo en el que aparezco revisando la zona del impacto, y la niebla de la memoria después de 12 años, me hizo confundir un helicóptero con otro". Tío, te mereces tres hurras. Qué queréis que os diga, mis amigos y yo estamos llenos de aventuras de este tipo; repetimos tanto las cosas que, al final, nos miramos todos los unos a los otros en plan "pues no recuerdo yo que estuviésemos en la misma cama con esa tía...". Sin embargo, lo peor es cuando uno ha vivido una experiencia y con el paso de los años y con lo surrealista que fue, no sabe a ciencia cierta si pasó o todo fue fruto de la imaginación. Es más, ahora mismo no estoy seguro de si un camión se quedó atrapado en la calle Artesanía y y el conductor, impotente, solamente fue capaz de arrancar de cuajo el cambio de marchas... Y es que, la mente nos engaña.