Friday, February 13, 2015

PLACERES DE LA VIDA

Estoy constipado. Es una mierda, sí, una pedazo de mierda. Un constipado no es gran cosa, pero fastidia: no puedes respirar bien, la voz se transforma, mocos... Pero bueno, el caso es que fastidia, sin embargo, hay un pequeño placer en el constipado, que es, casi, casi, comparable al mear o el cagar. Ese placer se produce cuando, de repente, notas en la garganta un gargajo consistente y asqueroso, vas al lavabo, abres la tapa del wáter, te inclinas sobre ella y lo sueltas. Lo sueltas y lo ves caer y caer sin perder un ápice de su consistencia para rematar contra el agua del inodoro salpicando cual bomba nuclear en Mururoa. Cuando sales del lavabo se te vuelven a caer los mocos y puede que pienses que no ha servido de nada, pero ese segundo de placer vale..., ese segundo de placer vale su peso en oro.

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