Esta próxima primavera celebro 10 años en el mundo laboral. Qué gran efeméride, ¿verdad? Creo que debería convertir 2008 en Mi Año Mundial del Trabajo, igual que cualquier día es el Día Internacional de la Patata Frita y cualquiera año es el Año Internacional del Calçot.
La verdad es que el tiempo ha pasado de prisa, muy de prisa. No sé, parece que a partir de cierta edad, el tiempo pasa a velocidades vertiginosas, que decía un amigo. Me imagino que se debe a que uno empieza a tener conciencia del tiempo y lo valioso que es cada minuto. Como decía, el tiempo ha pasado muy de prisa y me parece que fue ayer cuando me metía de lleno en el mundo del trabajo. Pero, la pregunta que me hago y que quisiera responder(me) es, ¿el trabajo me ha dignificado? De hecho, ¿qué significa que el trabajo dignifique? Me imagino que en los albores de la era capitalista había que vender la moto de alguna manera y dijeron que el trabajo dignificaba y acercaba a Dios. Eso sí, esos trabajadores se lo creyeron. En mi caso, la verdad es que no he notado nada especial, sí es verdad que me ayudó a perder algo de timidez y conocer algo mejor al género humano, pero poco más. Sin echar de menos mi época de no hacer nada, me gustaba (y me gusta) levantarme y acostarme tarde, quedar con los amigos para no hacer nada. Sí, sí, no hacer nada, eso tan divertido que se hace cuando no se tiene nada que hacer… Afortunadamente, el próximo día 29 creo que viviré uno de esos días de hace años: he quedado con dos amigos para pasar el día juntos y será muy grande; creo que nos echaremos unas buenas risas. Va a ser una gran aventura, seguro.
Monday, February 25, 2008
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