Sunday, November 30, 2008
CONVIVENCIA EN PAREJA
Ay, la convivencia en pareja es difícil, muy difícil. Cuando uno está en casa de papoya y de mamá todo es muy natural, uno hace todo sin importar quién hay. Bueno, algunas cosas no, evidentemente. El caso es que cuando uno inicia su vida en pareja, todo es muy bonito, pero hay cosas que uno deja de hacer. Un día hablaba con unos amigos sobre su vida desde que viven con sus respectivas parejas y decían que había cosas que no hacían y me decían que ya no podían tirarse pedos. Se lamentaban de que, durante toda su vida, al levantarse por la mañana, lo primero que hacían era orinar y soltar una buena traca y lo último del día era soltar otra salva mientras se tapaban con sus mantitas en una fría noche de invierno y, claro, ya no podían hacerlo. Es normal, queda muy mal que la pareja dé las buenas noches y uno, en lugar de responder de la misma manera, suelte un pedete… Chavales, un poco de respeto. Eso sí, cuando la pareja se rompe, se rompe por (venga, todos juntos) diferencias irreconciliables. Esas diferencias parece que sean algo abstracto, fuera del alcance de nuestro intelecto, algo que no se puede describir con palabras, sin embargo, seamos claros, se rompen por cosas más mundanas, cosas que se pueden ver, oír y, a veces, oler.
Wednesday, November 26, 2008
COMIENDO CUESTA ARRIBA
Seguro que todos habéis comido en restaurantes buenos, restaurantes malos, de pie, en el suelo, en una mesa aislada en una esquina, en una mesa en medio del restaurante, en un restaurante de la playa o en otro perdido en una montaña. Sin embargo, estoy seguro de que nunca habéis comido… cuesta arriba. Pues yo sí. El otro día fuimos a un restaurante recomendado por un amigo y en cuanto me senté noté algo raro; miré a mi alrededor y no vi nada especial, miré al suelo y también vi que mis pies tocaba en el suelo. Después de unos minutos noté que para ver la cara de mis compañeros de enfrente tenía que mirar hacia arriba y cuál fue mi sorpresa al comprobar que estaba comiendo… ¡cuesta arriba! Jolín, como ya he dicho, todos hemos comido en todo tipo de sitios, pero, ¿cuesta arriba…? Por un momento pensé que sería incapaz de llevarme los cubiertos a la boca, que necesitaría todo un equipo de montañismo para hacerlo, pero afortunadamente, no fue para tanto, pude coger bien la comida y después tragármela. Así que, ya sabéis, la próxima vez que salgáis a comer fuera y os pregunten que mesa queréis, simplemente contestad que queréis una que no haga cuesta arriba.
Tuesday, November 25, 2008
¿BATE BORISOV-REAL MADRID EN ANTENA-3...?
A cualquiera que le guste el fútbol sabrá que el partido interesante de esta noche es el Vila-Real – Manchester United, no el partido del Madrid en Bielorrusia, así que no entiendo la razón por la cual Antena-3 (de mierda) da este último partido… Y todavía hay gente que me pregunta por qué odio este canal.
Friday, November 21, 2008
TELAHINCO
Parece que Telecinco es bastante innovadora en sus programas y en la manera de tratarlos, quiero decir que hace cosas diferentes al resto de canales de televisión, pero esto no hay que entenderlo como un halago o una crítica, simplemente es mi opinión. Por ejemplo, aún le saca partido a “Gran Hermano” haciendo que cada año haya alguna novedad (lo último ha sido meter a una pareja casada y hacer creer al resto de concursantes que no lo son), cuando creo que ha dejado de emitirse en muchos países; se sacó de la manga “Salsa rosa”, que tuvo mucho éxito y, como no podía ser de otra manera, le apareció una copia en Antena-3 con eso de “¿Dónde estás, corazón?”; la Fórmula 1, un deporte que siempre habían dado en TVE con más pena que gloria, lo cogieron y lo convirtieron en el mayor espectáculo televisivo de los últimos años. También hay que decir que justo compraron los derechos cuando Fernando Alonso empezaba a despegar, pero sí es cierto que han sabido montárselo bien para conseguir grandes audiencias. A lo mejor me equivoco, pero diría que nunca antes habían dado los entrenamientos previos a las carreras y fueron ellos los que hicieron que hasta ver eso fuese interesante (al menos, para gran parte de la audiencia). Sin embargo, lo último que han hecho no sé cómo tomármelo, si como una gran jugada o algo cutre. Hasta ahora todos conocíamos los “spin off” (se creaba una película o serie a partir de otra ya existente) o las “precuelas” (creo que les llaman así. Básicamente es explicar algo anterior a lo ya contado), pero lo que han hecho con la serie de la Bea no sé cómo se llama. Para quién no lo sepa, esta serie es la versión española de una serie sudamericana que tuvo mucho éxito y que también emitieron por estas contrades. Todo el mundo sabe de qué va: chica fea, pero guapa se enamora de chico guapo (y con pasta claro) y aunque parezca imposible, al final, si no me equivoco, acaban juntos. Lo bueno que tenía esta serie era que podías estar semanas sin verla y cuando veías un episodio, inmediatamente, te ponías al corriente de las historias de Bulevard 21. Con el paso del tiempo, nuestros queridos protagonistas se enrollaron y desenrollaron alguna vez que otra, con lo cual, la historia de chica-fea-conoce-a-chico-guapo-y-se-enamoran-pero-su-amor-es-imposible dejó de funcionar, así que, Telecinco tuvo la magnífica idea de cargarse a los protagonistas, dejar a los secundarios y poner a otra pareja cuyo amor es imposible. Es decir, continúan la serie, pero, ¡es otra diferente! Dios mío, qué morro, qué jeta… Alucino, Telecinco no deja de sorprenderme…
Wednesday, November 19, 2008
OCHO DÍAS
Se suponía que hoy iba a hablar sobre Maradona, pero al final, no ha podido ser, tendrá que esperar a otro día.
Me he puesto a hablar con un compañero de trabajo sobre cubitos de hielo y el hecho de que no exista nada que evite que se deshagan en la bebida. El caso es que después de divagar un rato, me ha comentado que él, si pudiese, crearía las semanas de ocho días. Cinco días de trabajo y tres de descanso. Parece que lo tiene pensado, muy bien pensado, incluso ha decidido cómo ponerlo en práctica. Dice que para conseguirlo, se iría a un país pobre, me ha dicho que cualquiera de Sudamérica sería bueno (antes de que alguien se me eche encima, debo decir que él es argentino) y a través de la política acabaría instaurando la semana de ocho días. Según él, en Sudamérica cualquier cosa que le vendas a la población, ésta la acepta, con lo cual, por qué no una semana de ocho días. Le he dicho que conseguir semanas de ocho días es difícil, bastante difícil, ya que la semana de siete días está incrustada en el ADN de muchos países, por no decir, en el de casi todo los países del mundo. Sin embargo, no he querido desanimarle porque igual que un emperador romano metió con calzador dos meses más en el calendario, él también podría llegar a meter un día más en la semana. Y es en este punto donde entro yo: le he comentado que, si bien la vía política es una buena opción, hay otra que también podría funcionar. Ésta es la vía jamesbondiana, por la cual, sólo tienes que hacerte dueño del mundo y ya podrás hacer lo que quieras, incluido el instaurar semanas de ocho días. De hecho, yo le pediría mi gran sueño, nada más y nada menos que días con 25 horas.
Por cierto, ese octavo día, en el que descansaríamos todos ya tiene nombre: samingo.
Me he puesto a hablar con un compañero de trabajo sobre cubitos de hielo y el hecho de que no exista nada que evite que se deshagan en la bebida. El caso es que después de divagar un rato, me ha comentado que él, si pudiese, crearía las semanas de ocho días. Cinco días de trabajo y tres de descanso. Parece que lo tiene pensado, muy bien pensado, incluso ha decidido cómo ponerlo en práctica. Dice que para conseguirlo, se iría a un país pobre, me ha dicho que cualquiera de Sudamérica sería bueno (antes de que alguien se me eche encima, debo decir que él es argentino) y a través de la política acabaría instaurando la semana de ocho días. Según él, en Sudamérica cualquier cosa que le vendas a la población, ésta la acepta, con lo cual, por qué no una semana de ocho días. Le he dicho que conseguir semanas de ocho días es difícil, bastante difícil, ya que la semana de siete días está incrustada en el ADN de muchos países, por no decir, en el de casi todo los países del mundo. Sin embargo, no he querido desanimarle porque igual que un emperador romano metió con calzador dos meses más en el calendario, él también podría llegar a meter un día más en la semana. Y es en este punto donde entro yo: le he comentado que, si bien la vía política es una buena opción, hay otra que también podría funcionar. Ésta es la vía jamesbondiana, por la cual, sólo tienes que hacerte dueño del mundo y ya podrás hacer lo que quieras, incluido el instaurar semanas de ocho días. De hecho, yo le pediría mi gran sueño, nada más y nada menos que días con 25 horas.
Por cierto, ese octavo día, en el que descansaríamos todos ya tiene nombre: samingo.
Friday, November 14, 2008
THE JIMI HENDRIX EXPERIENCE vs. CREAM
Hace un tiempo, un amigo mío me dijo que le gustaba más Cream que la Jimi Hendrix Experience y eso me he hizo pasar por una nueva etapa hendrixiana. Volví a escuchar los discos que grabó Jimi Hendrix, especialmente “Band of Gypsys” y los comparé con los de Cream. Debo decir que no soy ningún fan de Eric Clapton, pero Cream me gusta, especialmente “Wheels of fire”. De hecho, me encanta este disco (ayer, precisamente lo escuché de nuevo), muchísimo más que el primero, “Fresh Cream”, y un poco más que “Disraeli Gears”, el segundo. Finalmente, llegué a la conclusión de siempre: creo que es mejor la Jimi Hendrix Experience que Cream. Lo único en lo que Cream podría ser mejor es en la base rítmica, por lo demás, la Experience es mejor, empezando por su guitarrista, Jimi Hendrix. No sé si ha sido el mejor o no, pero está claro que tenía un estilo único y original, mientras que el sonido de Clapton me recuerda al de muchas otras guitarras. Pero bueno, esto es sola la opinión de un aficionado, no entiendo de guitarra. Por otro lado, claro, están las canciones y ahí sí creo que la Experience se come con patatas a Cream. Me hace gracia que la imagen que tiene el público sobre Jimi Hendrix sea la de un tío que se dedicaba a tomar droga y rallar con la guitarra. Es una pena, compuso un montón de canciones increíbles, no solo dos o tres. Encima, las versiones mejoraban las originales, quién no ha escuchado “All along the watchtower”, al oír los primeros acordes te das cuenta de que algo grande te espera durante los próximos minutos.
El caso es que cuando estaba a punto de acabar esta enésima etapa hendrixiana, me enteré el otro día de que su batería, Mitch Mitchell había muerto en un hotel de Estados Unidos, con lo cual, ya no queda nadie de la Jimi Hendrix Experience. Es una pena, pero al menos siempre nos quedará su música, que no está nada mal.
El caso es que cuando estaba a punto de acabar esta enésima etapa hendrixiana, me enteré el otro día de que su batería, Mitch Mitchell había muerto en un hotel de Estados Unidos, con lo cual, ya no queda nadie de la Jimi Hendrix Experience. Es una pena, pero al menos siempre nos quedará su música, que no está nada mal.
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