No me importa que me den consejos, de hecho los acepto bastante bien, creo, aunque, claro, después haga lo que me dé la gana. Sin embargo, esta mañana he llegado a la conclusión de que no doy consejos a nadie, no me gusta, aunque no sé ciertamente por qué. Escucho a la gente cuando me habla, o al menos, eso intento aparentar, aunque esté pensando en lo que voy a hacer en cuanto me dejen en paz. No es algo que haga aposta, simplemente, desconecto.
A lo que iba. El caso es que no suelo dar consejos y que creo que tiene que ver con el hecho de que no quiero que nadie se ofenda si doy una opinión totalmente contraria a la de mi interlocutor, de manera que hago lo que nos gusta que nos hagan: dar la razón. A ver, no siempre lo hago, pero muchas veces me muerdo la lengua y sigo la corriente. Exacto, como a los locos.
Esto me lleva a la conclusión de que, si hace dos años, uno de mis defectos era el de quedar bien con la gente, en todo este tiempo no he avanzado nada: sigo dando la razón sólo por no ofender. Malo, muy malo.
Tuesday, February 10, 2009
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Yo tenía un amigo de EGB que tenía un póster que decía: "El día que diga lo que pienso, me borrarán del mapa", y creo que soy como tú. Mejor pensar una cosa, y decir lo que toca....
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