EL RINCÓN DE PENSAR

Tengo algunos amigos con hijos, pero no sé si habrán tenido que enviarlos al rincón de pensar. Quizás aún son demasiado pequeños para castigarlos, no lo sé. El caso es que en la televisión hay programas sobre cómo educar a niños, especialmente, a niños conflictivos, y cuando se enfadan, como castigo, muchas veces los envían al rincón de pensar para que mediten sobre su conducta. De hecho, el otro día, una amiga castigó a su hijo y le dijo "siéntate ahí y piensa en lo que has hecho". Supongo que el rincón de pensar no es un rincón físico, sino, cualquier lugar para que al niño se le bajen los humos. Sin embargo, creo haber encontrado el lugar idóneo: el lavabo. Sí, el lavabo.
Creo que es el sitio más íntimo que hay en una casa y se respira tranquilidad (sí, sí, podría haber hecho el chiste fácil con los malos olores, pero paso). Es más, hay gente que utiliza el lavabo para leer, que se podría decir que es una manera de pensar. Mientras evacúa, coge su libro favorito y lee; sin ir más lejos, eso me decía el otro día una compañera de trabajo sobre su noviete o como hacía mi amigo Vicente GTI, que tenía una gran colección de revistas en el lavabo de sus padres. O yo, el otro día estaba en el trabajo y tenía un problema un poco serio y no sabía cómo resolverlo. Fui al lavabo, saqué mi miembro viril y mientras orinaba, entre los dos, dimos con la solución. Fue un momento mágico.