Estoy
escuchando una tertulia radiofónica y hablan sobre el cierre parcial
de la administración pública de Estados Unidos y uno de los
invitados dice que es un claro ejemplo de la tendencia actual del
mundo a fracturarse entre ricos y pobres. A veces pienso que vivimos
en una burbuja… Me hubiese gustado estar en la tertulia y
preguntarle qué es para él que el mundo esté empezando a
fracturarse entre ricos y pobres. Es más, le hubiese preguntado que
desde cuándo cree él que existe esa tendencia actual del mundo a
fracturarse entre ricos y pobres.
Esto me recuerda una
conversación futbolera en la que participé hace un tiempo con unos
amigos; diría que fue la más corta en la que he participado en toda
mi vida. Uno de ellos, futbolero, bastante futbolero, decía que le
parecía increíble que se pagasen 100 millones por contratar a un
futbolista. No digo ni que (yo) esté a favor ni que (yo) esté en
contra, pero, esto del dinero que mueve el fútbol se ha vuelto
recurrente, no ya entre los detractores del fútbol, sino también
entre gente a la que le gusta. Dijo que el Gobierno se debería
encargar de otras cosas y se acabó la conversación. Tres minutos,
segundo arriba, segundo abajo. De nuevo, no digo ni que (él) tenga
razón ni que (él) esté equivocado, pero sí debo decir que me
sorprendió su respuesta.
Volviendo al tema inicial, supongo que
para el tertuliano la tendencia actual del mundo a fracturarse entre
ricos y pobres es tal porque, probablemente, antes formaba parte de
los ricos y ahora, parece que empieza a formar parte de los pobres.
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