Cuando
era pequeño pensaba que todo lo anterior a mi nacimiento era en
blanco y negro. Literalmente. Pensaba que el mundo “se veía en
blanco y negro". Supongo que era, principalmente, por dos motivos; por
un lado, en esa época era habitual que la gente aún tuviese
televisores en blanco y negro (en casa teníamos uno) y, por otro,
tanto hablar del franquismo como una época dura, sin alegrías y con
los “grises” por ahí en medio, pues me hizo pensar que todo era
así, en blanco y negro. Qué sé yo, es la única explicación que
le encuentro al asunto. El caso es que, ahora, a pesar de ser
consciente de que todo el mundo "ve en color", cuando pienso en el
franquismo, me viene la mente una vida en blanco y negro:
aburrida, de estrecheces, con miedo…
En las últimas décadas,
España se ha integrado a Europa y con ello a las corrientes más
modernas en cualquier aspecto de la vida. Algo que la gente de mi
generación considera lo más normal, pues, en el fondo, parece que
no lo es; durante siglos España vivió de espaldas a Europa y a
cualquier corriente modernizadora (nota mental: nada de “países
desarrollados” o mierdas de esas). El hecho de que cualquier
ciudadano español hoy se pueda relacionar de tú a tú con un
inglés, un francés o un alemán, puede que hace 60 años se considerase de ciencia ficción, pero hoy, quien más, quien
menos, tiene un amigo o trabaja con alguien de alguna de esas
nacionalidades. Sin embargo, poquito a poquito y sin que se acabe de notar del todo (que se nota o eso creo yo..), me da la impresión de que España está cerrándose
sobre sí misma otra vez y yo no quiero una vida en blanco y negro.
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