MÓVILES

Parece ser que el año pasado, una compañía de teléfonos móviles vendió un millón de unidades al año. Qué pasada, ¿no? Es la que más vende y parece que tiene un tercio del mercado, si no recuerdo mal. Curioso mundo el de la telefonía móvil, que se ha convertido en una de las industrias que más dinero mueve.
La verdad es que la idea de llevar un teléfono móvil encima está muy bien: siempre estás localizable (aunque quizás a más de uno, esto no le guste, pero bueno) y siempre va bien por si tienes algún problema, lo típico, se estropea el coche y llamas para que te vengan a buscar o has quedado con alguien y esa persona no viene. Qué tiempos en los que quedábamos con alguna persona, tardaba mucho en llegar y no había manera de localizarla.
Sin embargo, de la utilidad que tiene a la locura hay un abismo. Lo digo porque me da mucha rabia todo lo que rodea a los móviles. El mío tiene tres años, me lo compré en octubre de 2003 y por suerte, no me ha dado ningún problema, me está durando mucho y paso de cambiármelo hasta que no pete. No sé de qué generación es, ni me interesa, sólo sé que no hace fotos (por suerte, tengo una cámara de fotos), ni graba vídeos (por suerte, tengo cámara de vídeo), no tiene mp3 (por suerte, tengo un mp4) y no tiene radio (por suerte, también tengo radio), sin embargo, envía y recibe mensajes muy bien y hace y recibe llamadas también muy bien, lo cual tampoco está nada mal.
Conmigo que no cuenten. No me pienso gastar dinero en móviles de mierda.