MI FIN DE SEMANA

Viernes: fui a ver “La vida de los otros” (no sé cuál es el título original), que es una película alemana que ha ganado este año el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La verdad es que no me hacía mucha gracia verla porque era en versión original y el alemán, pues la verdad, no lo entiendo y se me hace muy raro ver una película en ese idioma. La película explica la vida en la República Democrática Alemana de un autor teatral y lo que le sucede cuando empieza a ser espiado y lo que le sucede al espía al empezar a espiar. La película me gustó, sobre todo por el papel del espía, aunque hubo algo que no me acabó de convencer: el cambio que pega el espía, que pasa de ser un fiel seguidor del régimen comunista a ayudar al autor teatral. No lo explican muy bien, la verdad. Bueno, de hecho no lo explican, de repente, uno dice “ah, vale, que ya no le gusta tanto el comunismo”. Pero bueno, me gustó, es entretenida, te puedes hacer una idea de lo que difícil que era llevar una vida normal en ese país y por extensión, en cualquier otro que está dominado por un régimen dictatorial, ya sea fascista o comunista.
Una de las mejores escenas es aquélla en la que el espía está trabajando en un almacén y en ese momento, le informan de que han abierto la frontera entre la RDA y RFA, se queda unos segundos pensando y finalmente, se levanta y se marcha.
Pues eso, altamente recomendable.

Sábado: volví a ir al cine y a ver una película en versión original. Esta vez no había otra posibilidad porque fue filmada para ver de esa manera. La película es “Cartas desde Iwo Jima” (“Letters from Iwo Jima”), ha sido dirigida por Clint Eastwood y trata sobre la batalla de Iwo Jima durante la II Guerra Mundial entre Japón y Estados Unidos, vista desde el punto de vista japonés. Antes, ya se estrenó “Banderas de nuestros padres” (“Flags of our fathers”), que trata también sobre la guerra entre Japón y Estados Unidos, pero vista desde el punto de vista de los estadounidenses. Todo el mundo dice que es mejor “Cartas desde Iwo Jima” y no sé si será así, pero por lo menos, a mí me gustó mucho, la verdad.
Los protagonistas son un oficial interpretado por Ken Watanabe y un soldado raso interpretado por alguien a quien conocerán a la hora de comer y muestra como son los preparativos de la batalla ante la llegada de la armada de Estados Unidos y que cuáles son sus sentimientos ante la más que posible pérdida de la batalla y lo que es peor, de la vida. También deja una pregunta abierta, creo yo, que es: ¿vale la pena morir por la patria? Hay algunas secuencias en la que los soldados japoneses parecen auténticos fanáticos que apenas se diferencian de los que en la actualidad se ponen un cinturón lleno de dinamita, se van a cualquier mercado de Tel Aviv y lo hacen explotar. Lo que pasa es que, ah claro, unos son japoneses y son vistos como auténticos guerreros que siguen el budo y que deben defender su patria, su nación y si por ello deben estrellarse con un avión contra un portaviones, lo harán muy gustosamente. Sin embargo, el pobre hombre que se hace explotar en un mercado es un simple fanático que mata por matar… Es curioso como cosas que son parecidas se ven de tan diferente manera. Evidentemente, no defiendo que la gente mate, ¿eh?

Domingo: fui a jugar a baloncesto y la verdad es que me lo pasé bien. Debo decir que soy bastante malo, pero hay algo que creo que se me da bien e incluso me gusta: defender. Lo encuentro muy divertido, te plantas delante un tío e intentas que no pueda hacer nada con la pelota. Me mola. Hice un par de entradas a lo Allen Iverson que incluso me dejaron flipado a mí. Pero creo que lo mejor fue tocar una pelota con los pies. Sí, después de meses sin jugar a fútbol, pude hacer unos toques con una pelota y la verdad es que no he perdido ese fino toque que me caracterizaba… Es broma. Éramos tres y como nos emocionamos, decidimos montar un partido para el próximo día 16 de marzo. Creo que la emoción nos ha jugado una mala pasada, acabaremos muy petados.