Monday, October 22, 2007

IN FROM THE STORM

Sí, ya he vuelto de la tormenta. Dios mío, como llovió la semana pasada en Valencia… Visité el Museo de las Ciencias y l’Oceanogràfic, bueno, están bien. La verdad, no matan, pero están bien. Los principales problemas que vi fueron dos. El primero fue que había muchas cosas que no funcionaban; se supone que vas allí a tocar las cosas y resulta que cuando lo intentas, no funcionan. Y el segundo fue que mola más el envoltorio que lo que hay dentro. Quiero decir que molan más los edificios que lo que uno pueda encontrar en su interior: por un lado, el museo de la ciencia no es muy diferente al de Barcelona (éste no lo recuerdo muy bien, pero no parece que sea peor que el de Valencia) y lo otro es un acuario. A mí, la verdad, nunca me han gustado los zoológicos, o sea que eso es lo mismo pero en el agua. La diferencia es que es más difícil mantener en buen estado un acuario que un zoológico de los de toda la vida. De todas maneras, vale la pena, o sea que si alguien está interesado en ir, que vaya, no quiero aguarle la fiesta. Ah, por otro lado, algo que me tiene intrigado es que los que decidieron cambiar el cauce del río están convencidos de que no volverá a su cauce original, ¿no? Es que, como pase algo, el río se llevará todo eso por delante…
De allí a Tarragona, a un hotel que está en El Perelló que estaba muy bien (no haré publicidad, que no me pagan) y con buffet libre en el desayuno y la cena. Allí me he dado cuenta de dos cosas, la primera es que los niños son unos pesados (allí me he acordado de lo que me decía mi amigo Roberto en Valencia: “no tengas hijos”) y la segunda es que el buffet libre está bien, pero tiene un problema. El problema es que si hay mucha gente, el comedor se convierte en un campo de batalla, en el cual se produce una especie de selección natural, y es que si no te das prisa en coger la comida, alguien lo hará por ti. Sobre todo pasa en los postres, aunque si tienes suerte, volverán a poner otra bandeja de ese postre que tanto te gusta.
Por otro lado, el sábado me di cuenta de lo largo que puede ser un día si decides no comer. No lo digo porque me aburriese y se me hiciese pesado el día, no, todo lo contrario, fue porque no tuve que ponerme a pensar qué comer y dónde. Quizás pueda parecer una tontería, pero algo que odio cuando estoy fuera es la hora de comer (o cenar) y tener que decidir dónde. Uno porque es caro, otro porque tiene mala pinta, otro… Al final han pasado 2 ó 3 horas y te has comido unos simples macarrones de primero y lomo de segundo. Con su correspondiente helado de postre, claro. Así que, como habíamos desayunado bastante bien, decidimos quedarnos en la piscina y tomar algo y después fuímos a jugar a petanca. Madre mía, hacía años que no cogía una bola de esas. La verdad es que pensaba hacerlo mejor de lo que lo hice. Quizás soy muy creído y pienso que hago las cosas bien y después soy un chapuzas, pero bueno, eso es otra historia. El caso es que, a pesar de que jugué fatal, me lo pasé bien y de allí fuímos a jugar a pádel. De nuevo, como ya dije hace un tiempo, debo decir que es un juego muy divertido y fácil de aprender, aunque me parece un pelín caro, la verdad.

Tuesday, October 16, 2007

EN LA LUNA DE VALENCIA

Pues aquí estamos, en Valencia, en la capital del País Valenciano, o Comunidad Valenciana como algunos dirán. Hemos llegado esta mañana y justo se ha puesto a llover. Ha estado lloviendo toda la tarde y sólo espero que pare y no nos fastidie este par de días que estaremos aquí.
Nunca antes había estado aquí, excepto un par de veces en que pasé cuando iba a otro sitio y la primera impresión que me he llevado de la gente no ha sido muy buena... Dos taxistas antipáticos, nada más. Al final, después de dar unas vueltas hemos dado con el hotel, que está en al lado de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, sitio que parece espectacular, aunque no hemos podido verlo bien. Mañana haremos una visita y podremos comprobar cómo es, aunque sí puedo decir que el Palau de les Arts Reina Sofía es como una gigantesca pelota de rugby preparada para ser pateada por Jonny Wilkinson.
Esto es todo desde Valencia.

Tuesday, October 09, 2007

MY FRIEND

Me acaba de llamar un amigo diciendo que estaba embarazado, bueno, que su pareja estaba embarazada. Una gran noticia, sí. Pero no quiero hablar sobre fetos y cosas de (futuros) padres. Éste es un chico que fue muy amigo mío, de hecho, si tuviese que hacer una lista con los mejores amigos que he tenido (me encanta eso de hacer listas, sobre lo que sea, me da igual), probablemente estaría entre los cinco primeros, sin embargo, hace unos años nos distanciamos, bueno, de hecho fui yo el que decidió distanciarse, consideré que él y otros me habían fallado y decidí cortar la relación. Hace muchos años de eso, ya. Dios mío, parezco un viejo, pero es verdad, parece que fue ayer cuando pasó todo aquello. Con el paso del tiempo, he seguido pensando que la razón la tenía yo, aunque lo sucedido no acabó de aclararse, pero bueno. Simplemente, me alejé y ya está. De todas maneras, la química siempre ha existido y las veces que hemos coincidido, a pesar de que las cosas dejaron de ser igual, nos lo hemos pasado muy bien. Una pena, la verdad, una pena.
Y es que, la mayor parte de la gente es capaz de soportar cualquier cosa excepto el engaño. ¿Por qué? No sé, me imagino que depositas tu confianza en alguien; pondrías la mano en el fuego por esa persona y cuando te das cuenta, la tienes chamuscada. Dicen algunos amigos míos que soy rencoroso, pero no creo que sea así, simplemente, si me hacen algo que me fastidia, pues no lo olvido, de eso a estar esperando para devolvérsela o desearle la muerte, pues hay una gran diferencia, diría yo. Lo que yo creo es que la vida da muchas vueltas y si alguna vez hiciste daño a alguien, no te extrañes si alguien te lo hace a ti.

Tuesday, October 02, 2007

NO HACER NADA

Me gusta apalancarme en el sofá y estar horas y horas frente al televisor, aunque después no vea nada porque me he pasado el rato cambiando de canal. También me gusta escuchar música: me pongo tres discos en el reproductor y cuando acaban, pues otros tres. También me gusta echarme una siestecilla los sábados y los domingos y despertarme con cara de “no sé dónde estoy ni qué hago aquí”. En definitiva, me gusta no hacer nada. Es divertido. No entiendo a esa gente que va todo el día de culo, bueno, o dice ir todo el día de culo y que se queja de que le falta tiempo para hacer cosas que se supone que le gusta. Durante una temporada, un amigo y yo intentamos convencer a dos chicas para que después de comer se echasen una cabecita, pero decían que se sentían mal porque habían perdido el tiempo o les decíamos que, simplemente, no hiciesen nada, que se sentasen a ver la televisión o a leer y dejasen pasar el tiempo, pero tampoco. Con lo que mola estar en casa y eso, no hacer nada. Digo esto porque empiezo a cansarme de esa gente que parece ser la más trabajadora, que cuando llega el fin de semana tiene que hacer algo (por chorra que sea), que se levanta temprano por el simple hecho de levantarse… Si no tienes nada que hacer, no fuerces las cosas, hombre. Es como el silencio, si no tienes nada interesante que decir, cállate y nos ahorramos comentarios estúpidos (a lo mejor éste es uno de ellos).

Monday, October 01, 2007

¿A QUÉ HUELEN LAS NUBES? ¿Y LA PIEL...?

Sujeto A: Me gustaría ser negra.
Sujeto B: ¿Por qué?
Sujeto A: Porque me gusta el color, etc.
Sujeto B: Sí, pero huele...
El otro día estaba cenando con un grupo de gente y dos de esas personas mantenían una conversación y oí que decían eso. Me imagino que es lo que tiene el alcohol, que uno dice lo que piensa, sea para bien o para mal, o que esa persona creyó que no estaba escuchando. Tuve dos opciones; la primera era hacer mi pequeño comentario y crear, probablemente, una situación de tensión, las cuales no me gustan nada o callarme y hacer como no que no he oído nada, cosa que suelo hacer cuando oigo algo que no me gusta, sea lo que sea. Por otro lado, quién sabe, a lo mejor se piensa que cada mañana, cuando me levanto, me pinto la cara con un rotulador marrón. Ostras, por surrealista que parezca, a lo mejor eso creyó. O también, por qué no, como me conoce, pues a mí no me pasa eso.
El caso es que flipé e hizo que empezase a darle vueltas a la cabeza y llegué a la conclusión de que nada cambia en este mundo, todo sigue igual, con los mismos prejuicios de siempre: los negros apestan, bueno, y los moros también; los chinos ocultan algo porque nunca se sabe qué hacen, los gitanos no se adaptan y sólo siguen sus normas… ah, y ahora el que haya venido del este de Europa es para dedicarse al robo, es su variante silenciosa, claro.
Esto hace que me piense cómo debo actuar en según qué situaciones. Como ya he dicho, intento evitar los momentos de tensión porque pasas un mal rato, haces pasar un mal rato a la gente que está alrededor y, además, no suelen conducir a nada positivo porque cada uno seguirá pensando lo mismo que pensaba. Pero aún y así, se acabo, cada vez que tenga que decir algo, lo haré, más que nada para que no se piensen que el que escribe esto es tonto o algo así, que como decía mi amigo Alessandro, soy italiano, pero no tonto.