Wednesday, January 15, 2014

ANCHA ES CASTILLA

"La rebelión de las masas", de Ortega y Gasset. El título tiene tanta fuerza que invita a, por lo menos, echarle una ojeada para saber de qué va. Una vez empezado, que un filósofo utilice dos veces la expresión "ancha es Castilla" en la misma página solamente puede significar una cosa: lectura obligada.
Estaba con Jaime, un amigo de la infancia, al que suelo ver de vez en cuando; bueno, muy poco, aunque, ahora, gracias a los móviles inteligentes, el "contacto virtual" (sic) es más frecuente. Decía que, estaba con Jaime y, no recuerdo por qué, mencionó algo del libro; y solamente por tener ese título, tuve que echarle un vistazo. Fui a la biblioteca y lo cogí. Unos meses y algunas renovaciones de préstamo después, puedo decir que ya he acabado y qué puedo decir. Pues que es de esos libros que dejan huella, de aquellos que cuando me pregunten por mis libros favoritos, diré un libro, otro y este. Este, seguro.
Se publicó en 1930, pero casi cien años después mantiene su vigencia. Es más, creo que debería ser de lectura obligada en esta época que nos ha tocado vivir. Partiendo de la llegada del hombre común a lo más alto de la sociedad, va tratando todo tipo de asuntos de la vida. Es curioso leer como se queja de la cantidad de gente que hay allá donde uno vaya. ¡Pero si estamos en los años 20 del siglo XX! Si no me equivoco, era de familia burguesa y supongo que ver como "cualquiera" podía llegar a su posición social y tener acceso a todo aquello de lo que él disfrutaba pues, como mínimo, se le hacía extraño, por llamarlo de alguna manera... A este nuevo hombre lo llamó "hombre-masa"; yo, mientras leía pensaba en el "nuevo rico" de nuestra época. Esa persona que, cuando "España iba bien", sin haber hecho nada especial en la vida (¡dónde ha empatado este!), tenía de todo y parecía ser dueño del mundo y de su propio destino. Resumiendo, decía algo así como que la civilización ya no era lo que había sido y que había una pérdida de valores; ese gran problema que, desde que nací, parece que nunca se ha solucionado...
Habla también sobre el "señorito satisfecho" (¡qué grande!), que piensa que el mundo ha sido siempre así, que la ciudad ha estado siempre presente, que la civilización tal y como la conocemos es eterna. No, Ortega y Gasset recuerda que este "mundo" es artificial y que se construye día a día. Mientras leía esas páginas, me acordaba de la situación que estamos viviendo actualmente, en la que, durante años, nos han hecho pensar que (otra vez...) "España iba bien" y nunca dejaría de "ir bien". Ingenuos. Qué equivocados estábamos.
Pero, ¿soy yo también un "señorito satisfecho"?, ¿soy un hombre-masa? Respecto al "señorito satisfecho", dice algo así como que hay que tener ganas de superarse y tener curiosidad por conocer las cosas, no quedarse donde uno está, ir más allá; y respecto al hombre-masa, me gusta que meta también a "sabios". Dice que uno de los éxitos de la civilización europea es haber conseguido grandes hombres de ciencia, grandes especialistas. Sin embargo, a la vez, dice que ese es su gran fracaso ya que, aun siendo grandes expertos en sus disciplinas, se los tiende a tratar como grandes conocedores de otras parcelas de la vida. Error. Gran error. Esto, que parece obvio, parece que sucedía en su momento y sucede también ahora con más fuerza todavía. Y, en este punto, arremete contra los tertulianos por lo mencionado antes: que seas un gran periodista no quiere decir que sepas de todos los asuntos de este mundo. No sé si soy un "señorito satisfecho" y un hombre-masa todo en uno, pero, al menos, sé, que hay más de los que, a priori, podría suponerse.
Otro punto en el que se extiende es en el que hace referencia al futuro de Europa; ¿qué tiene que hacer Europa para no perder peso en el mundo? Un mundo que ya no controla a su antojo. Dice que las naciones europeas se deben juntar en una gran unidad política. Al final, eso fue la Unión Europea. Es curioso ver como años después se duda del funcionamiento de esta Unión y se considera más una losa que algo favorable.
Como he dicho, me parece un gran libro. De lectura obligada. Es digno de alabar que un libro escrito hace casi cien años tenga tanta vigencia en un mundo que, probablemente, en nada se parece al vivido por el autor.
Para acabar, y después del rollazo (como dijo Ansar, vaya coñazo he soltado), sólo espero que los especialistas en la materia, no me acribillen si he dicho alguna barbaridad.

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