Tercer Mundo.
Probablemente, si cada vez que a alguien que dice “tercermundista”
se le preguntase de dónde viene esa palabra, no sabría su origen,
pero se usa de la manera más normal; si el tren siempre llega tarde
es de tercermundistas, si hay un apagón que deja a oscuras media
ciudad es de tercermundistas, si un político no dimite después de
decir en el parlamento “que se jodan” es de tercermundistas…
Siempre que pasa algo, es de tercermundistas. Yo prefiero separar
entre países pobres y países ricos, entre los que incluyo a España,
aunque, y usando terminología futbolística, está a punto de jugar
la promoción de descenso…
Tengo otro amigo que,
debido a esta crisis y cada vez con más frecuencia, se refiere a
España como país de pandereta. Hombre, este es un clásico y digo
clásico porque cuando yo era pequeño se usaba mucho. Aún se
usa, sí, pero muchas veces se sustituye por el anterior
“tercermundista”. En este caso no se hace referencia a terceros,
con lo cual no hay que hacer ningún tipo de comparación y, es que,
como todos sabemos, las comparaciones son odiosas. Sin embargo, tengo
otro amigo que se pone de los nervios cada vez que oye decir que
España es un país de pandereta. Por suerte, nunca uno le ha dicho
al otro que España sea un país de pandereta, con lo cual, todos
tranquilos, de momento.
El novio de mi hermana
se refiere a España como a las Españas. Debo decir que me gustó la
primera vez que lo oí, nunca lo había escuchado antes y me encantó.
Con ello quiere decir que todo vale en política; usted pensaba que
eso no era posible, se equivocaba, sí lo es… pero sólo en España.
Es gracioso y no tiene quizás el tono peyorativo ni hacia terceros
que sí puedan tener “tercermundista” o “bananero” ni hacia
los autóctonos que no soportan que España se represente en el
imaginario colectivo con una simple pandereta.
Por mi
parte, yo digo que lo que hay aquí es una democracia blanda o, por
lo menos, bastante maleable. Pensábamos que vivíamos en una
democracia auténtica como las que se supone que pueda haber en el Reino
Unido, Francia o Estados Unidos y no, no es auténtica. Se supone que
todo se hace dentro de los límites que marca la democracia,
materializada en esa gran constitución, sin embargo, a la hora de la
verdad y, como he dicho en el párrafo anterior, todo vale y el que
no corre, vuela. Uno tiene la impresión de que los políticos, bueno,
los políticos que están en lo alto de la pirámide (alimenticia…)
forman una casta al margen de la sociedad que hace y deshace a su
antojo y no parece que tengan que rendir cuentas a la ciudadanía
que les vota. Una democracia de nuevos ricos en la que todo el dinero
que se ha creado durante más de una década se ha esfumado hacia
Suiza. Yo creo que en una democracia debería regir el rigor y creo
que rigor, rigor, lo que es rigor, en el Reino de España no hay
mucho.
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