Wednesday, January 02, 2013

CURSO DE ÉTICA

Y no es la película... En mi trabajo nos quejamos cada vez que recibimos el mensaje informando de que hay que completar el curso anual de ética. Sí, cada año. Da un poco de palo, pero así es. Es más, a lo largo del año hay otros cursos que, más o menos, tratan sobre lo mismo. Recuerdo que cuando lo hice la primera vez pensé que en unos pocos años todas las empresas de aquí también harían completar a sus trabajadores cursos de ética parecidos, aunque por lo que sé, de momento nada de nada.
Básicamente, yo creo que el curso es una versión del mandamiento cristiano que dice que no hay que robar. Creo que es una versión actualizada porque en el curso se pide no hacer uso de información confidencial y personal, evitar el tráfico de influencias, etc. Que yo sepa, no hay nadie que haya suspendido el curso a pesar de que hacerlo no implica que pueda haber algún empleado cuya ética sea cuestionable… Pero bueno, el curso está ahí y supongo que siempre se podría utilizar para echar a alguien si fuese necesario.
Una de las noticias del día ha sido que en España hay 300 políticos imputados por corrupción. Parece que la corrupción no entiende ni de ideología ni de origen: los hay de derechas, de izquierdas y de centro; laicos y creyentes, nacionalistas y no nacionalistas… Habría que hacer tirar de estadística para ver si existe algún tipo de relación entre nivel de corrupción y partidos políticos.
Volviendo a mi curso de ética, estaría bien que, aparte de hacerles jurar (prometer o lo que sea que hagan) el cargo en los casos en que esto es necesario les hiciesen un curso de ética con preguntas del tipo “¿proporcionaría información privilegiada a terceros?” o “¿se gastaría en dos meses 200.000 euros de los contribuyentes en llamadas telefónicas?". Evidentemente, todos dirían que no, pero al menos, pasaría como en las aduanas de los aeropuertos de Estados Unidos. Como todo el mundo sabe, todos los visitantes extranjeros deben rellenar un formulario con preguntas como “¿pretende introducir armas en el país?”. Todo el mundo contesta que no, pero según cuenta la leyenda, hacen esas preguntas tan tontas por si a algún turista se le ocurre hacer una trastada poder usar ese formulario para, como se dice coloquialmente, empurarlo. Pues que hagan aquí algo parecido, no sé, un curso anual de ética o lo que sea porque esto se hunde...

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